Aprende cómo se usa el misoprostol
El misoprostol es una de las pastillas más usadas por mujeres de todo el mundo. Muchas prefieren hacer una intervención del embarazo a través del tratamiento medicado porque, además de ser más accesible, es más seguro que su contraparte quirúrgica.
Es una forma efectiva y segura de realizar un aborto, pero, al igual que muchos fármacos, las pastillas abortivas tienen efectos secundarios que tienen que ser supervisados para evitar su agravamiento.
El cytotec, también llamado misoprostol, está diseñado para controlar y prevenir las ulceras estomacales; sin embargo, al contener prostaglandinas E1 o PGE1, también actúa en el sistema reproductorio de los ovarios.
Para poder interrumpir el embarazo de forma efectiva, se utiliza una combinación de medicamentos, el Misoprostol y la mifepristona. Al ingerir estas medicinas, el cuerpo tendrá contracciones uterinas provocando el aborto. Horas después de haber tomado los fármacos, la mujer sentirá dolores fuertes, nauseas, hemorragias y diarrea. Botará, a través del conducto vaginal, una serie de tejidos, coágulos, sangre y la placenta.
El misoprostol no debe tomarse sin supervisión de un médico. Entre los efectos secundarios están los vómitos, dolor abdominal, mareos, cefalea, escalofríos, dolores en las articulaciones, músculos, espasmos, etc. Los más graves son la posibilidad de tener un paro cardíaco, una ruptura uterina o generar una sensibilidad al medicamento.
Mujeres que han sufrido de preclamsia o problemas con la tensión, que han tenido 4 o más embarazos exitosos, con cirugías o cesáreas, con hemorragias irregulares, que tengan herpes vaginal, entre otros; no pueden realizar el tratamiento con el misoprostol .
Los médicos recomiendan que si se decide por el método medicinal; es decir, la mujer tiene que tomar el cytotec misoprostol cuando esté a solo 9 semanas desde su último periodo, ya que de otro modo el procedimiento podría poner en riesgo la vida de la paciente.